Si
eres de los que escucha la letra cuando oye música, si te fijas en el mensaje
de las canciones y prefieres las composiciones que te llegan al alma, líricas,
pasa y disfruta de la canción que ha compuesto nuestra recién estrenada
colaboradora en el jardín.
Escrita de
su puño y letra y cantada con su propia voz, trata uno de los temas más
importantes y a la vez más infravalorados: aceptarse a uno mismo tal y como es.
Existen cánones que nos dirigen en nuestra vida,
incluso cuando somos escritores. No me refiero a las personas que te dan
consejos, sino a las que te dicen qué debes escribir y cómo lo debes escribir
porque una cosa está bien y la otra está mal.
Hay que saber que hablamos de arte, y el arte es algo subjetivo que los humanos construimos
para expresarnos, sentirnos felices
con nuestra forma de ser y con lo que somos capaces de producir. No hay un bien y un mal categórico.
Lo mismo ocurre con muchos otros aspectos del
día a día, pero donde más lo sufrimos es con nuestro cuerpo. ¿Cuántos de los
que están leyendo esto ahora mismo se siente bien con su cuerpo? No mientas, me
refiero a bien de verdad y en todo momento. Seguro que alguna que otra vez se
han metido con alguna parte de él.
Como sabes, en Biblioteca-T intentamos hacerte
llegar cualquier tipo de historia en
cualquier formato posible, y la música, como bien dice Marta Cejas Monzó en
este post de Facebook, es,
simplemente, otra manera de contar historias. Por eso, aprovechando que esta
sección del jardín es el lugar más lírico y el tema que nos ocupa debe llegar
al alma de cada uno, hemos optado por una canción.
Hace poco entregaron el premio Nobel de
Literatura a una figura del mundo de la música: Bob Dylan. Esto originó un
debate sobre la pertinencia de esta entrega. Si era coherente o no. No sé si lo
era y creo que nunca me formaré una opinión sincera al respecto, porque
enseguida me surgió una pregunta mucho más importante, y era si la música podía
ser literatura. En esto no tengo duda: sí, la
música puede ser literatura y la literatura puede ser música.
Os quiero enlazar a un artículo del blog de La Piedra de Sísifo donde
Alejandro Gamero nos habla de este tema y nos ofrece un amplio repertorio de
canciones que lo demuestran.
Yo, desde aquí, espero que con esta canción te
hagas esa pregunta también a la vez que piensas en ti. Aceptarse a uno mismo es
un paso importante a la hora de motivarte para seguir creando y no rendirte a la mínima que alguien te haga una
mala crítica. Haz las cosas porque te
hagan feliz, no por contentar a los demás.
Sin más dilación, os dejo la letra tras el enlace a la canción para
que podáis seguirla mientras la oís. Lo único que tenéis que hacer es clicar encima, nada más.
Miradas vacías
Dónde se
han quedado las palabras claras
olvidadas
bajo las mil capas de un titán.
Se nos
han quedado cortas las pancartas del mañana
mirando
fijamente el cristal.
Es mi
tierra, es mi mundo,
Es tan
sólo un segundo
Antes de
perder prioridad.
Mi
cuerpo, mis estrías
cicatrices,
alegrías
tantos
pasos de una vida
Y mi
cuerpo, mis lunares.
Son mis
pelos las ciudades
guardianas
de inseguridades.
Cuántas
rotas melodías
cuando al
acabar el día
el sitio
de las cosas no es en ti.
Cuántas
horas de reproche
cuando al
sentir el roce del aliento
quieres
marchar de allí.
Tantas
miradas vacías...
Tantos
corazones sin llenar.
Porque
visto o no visto,
lo visual
es lo que existe
y yo
existo para gente la mitad.
Me miro y
me re miro
Con
tatuajes amarillos
en una
taza de café al despertar
Mi casa
está en las nubes,
mi cabeza
está en la Luna,
Porque
allí puedo quererme en libertad.
Miradas
indiscretas
que se
clavan en mi pecho
por ser
como humana sólo una más.
Mi
cuerpo, mis estrías
cicatrices,
alegrías
tantos
pasos de una vida
Y mi
cuerpo, mis lunares.
Son mis
pelos las ciudades
guardianas
de inseguridades.
FIN
Muchas gracias por pasar este ratito conmigo y os
espero el lunes estrenando la sección de entrevistas del blog.
¡Nos leemos!
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