Hoy descubrimos: bibliotecas extrañas y dónde encontrarlas




Hola, queridos locos de las letras. Abrimos una nueva sección en Biblioteca-T: «Hoy descubrimos». El tema que nos ocupa: las bibliotecas. Todos hemos pisado una, hemos usado una, incluso tenemos una, pero ¿cuál fue la primera biblioteca? ¿Sabéis quién es la bibliotecaria más joven del mundo? ¿Existen animales-biblioteca? 

Historia de las bibliotecas

Tranquilos, que no os voy a dar una clase magistral ni voy a poneros aquí el tocho padre sobre la historia de las bibliotecas, pero a los que nos gustan los libros tenemos siempre ese gusanillo de conocer cosas curiosas que nunca queda saciado del todo, así que allá va.

Supongo que muchos conoceréis el poema de Gilgamesh, que es el primer escrito del que se tiene constancia (obra de ficción). Pero ¿de dónde salió? Pues resulta que el último rey de Asiria, Asurbanípal, poseía el primer conjunto organizado de libros y documentos. 30.000 tablas de arcilla clasificadas y catalogadas gracias al colofón (una especie de listado). Entre ellas se encontró el poema en lo que podríamos considerar la primera biblioteca del mundo.

¿Y si pensamos en los egipcios? El imaginario colectivo nos dicta que eran una sociedad avanzada. ¿Eso significa que tenían bibliotecas? Sí. El problema es que no utilizaban arcilla como soporte de escritura, sino papiros. Por eso, lo único que nos ha llegado es lo que escribían en tumbas y monumentos. 

Sabes que eres viejo cuando nadie conoce tus dibujos de la infancia

Llegamos ya a la famosa biblioteca de Alejandría. La más grande del mundo en aquella época. Estaba en Egipto y se fundó más o menos en el siglo III a.C. por Ptolomeo I. La biblioteca triunfó y creció debido al interés de este linaje por la cultura. Su auge sobrevivió hasta Ptolomeo VIII (muchos Ptolomeos). Se dice, se comenta, que allí se creó el orden alfabético para poder organizar tamaña cantidad de obras. Y todos sabemos lo que pasó al final. Un Farhenheit 451 en toda regla, mucho antes de que Ray Bradbury naciera. 

Podría hacer una entrada entera sobre esta biblioteca, pero hoy no viene a cuento, así que sigamos.

Se dice que el incendio fue provocado por Julio César. Yo apuesto más por este tipo.

Los romanos fueron pioneros en la creación de bibliotecas privadas. Rebosaban, sobre todo, de textos traídos de los territorios conquistados, por lo que allí se formaba un interesante batiburrillo. Al principio presumían de almacenar obras griegas hasta que su propia lengua, el latín, empezó a crecer. Esto desembocó en la división de las bibliotecas: por una parte, la sección con obras romanas, y, por la otra, la sección con obras griegas.

Como pincelada árabe, me gustaría comentar que, desde el primer califa, ya llegaron a la conclusión de que no podrían gobernar un Estado tan amplio sin leer ni escribir. Los centros de enseñanza, las mezquitas y las casas de los nobles tenían una biblioteca particular.

Si habéis llegado hasta aquí, sauna y relax, ya queda solo un poco de historia antes de llegar hasta esas ansiadas y prometidas bibliotecas extrañas. Pero metámonos primero en las conquistas de los tiempos medievales, causa principal del retroceso de la cultura, que se vio obligada a recoger sus bibliotecas al amparo de las órdenes religiosas. Superada esta etapa, y aunque los libros seguían siendo tremendamente caros, poco a poco las catedrales y las universidades fueron adquiriendo un buen número de obras.
 
La primera biblioteca universitaria fundada en España fue la de Palencia en 1212. Luego vino la de Salamanca, que aún mantiene su nivel de importancia. Gracias a esta apertura del conocimiento, los libros pasaron a ser instrumentos de trabajo.

Y a partir de aquí, la historia de las bibliotecas va saltando de una biblioteca en particular a otra. Prolifera su creación debido a las condiciones óptimas para su desarrollo y toman importancia las bibliotecas privadas. 

Para referirnos a ellas tendríamos que ir una a una a lo largo de cinco siglos y el artículo se haría demasiado largo, pero si os gusta, puedo ir ampliándolo de vez en cuando. De momento, aquí os dejo un enlace a algunas de las bibliotecas privadas más bonitas.

La biblioteca nacional de España

No podía faltar en este recopilatorio la biblioteca española por excelencia. Esta biblioteca tiene una gran historia que empieza en 1809 con la figura de Napoleón, cuando ordena derribarla (Napoleón era así). Después de varios entresijos abre una nueva sede en 1896 y, copiando a otros países, por orden del rey, se da carácter obligatorio a la entrega de todo ejemplar impreso en España. Ahora recoge más de 300.000 obras, 4.000 manuscritos, 3.000 obras musicales, 3.500 mapas y 200 grabados. 

Con esa mirada puedes derribar lo que quieras, bribón

Tenía la idea de hablaros también sobre las bibliotecas escolares, pero había tanto que he decidido reservar la información para un artículo diferente, más enfocado a la cultura en general y no solo a las bibliotecas.

Bibliotecas extrañas

Pero vamos a hablar ya (por fin, pesao) de bibliotecas extrañas y dónde encontrarlas, que es sobre lo que reza el título de esta entrada, y no quiero que nadie se sienta engañado.

Así que, sin más dilación, señoras, señores, perros y otros animales de compañía (cactus incluidos), ¿queréis ver una de las bibliotecas más pequeñas del mundo? Pues está en África, y es el único edificio con luz eléctrica de los alrededores. Gracias a ella los niños han conseguido creer en un futuro mejor. El vídeo es muy cortito y vale más que lo veáis antes de seguir leyendo que ponerme yo aquí a explicarlo todo de pe a pa. Que total es darle al play, no hay que ir al youtube ni nada.



¿Qué os ha parecido?

Pues vamos a volar a otro continente para conocer a la bibliotecaria más joven del mundo: Muskaan Ahirwar, una niña de 9 años que empezó con 25 libros en el recibidor de su casa y ahora cuenta con 120. Gracias a la ayuda que recibe de su familia y del Centro de Educación Estatal de su ciudad, Muskaan fomenta la lectura y el estudio a otros niños. En la bibliografía tenéis más información sobre ella, porque, como dijimos en el podcast sobre documentación, hay que ir siempre que se pueda a la fuente original.

Y ahora lo mismo que antes: ¡dentro vídeo!



Continuamos en territorio nacional. ¿Qué pensaríais si os dijera que un pueblo de 33 habitantes censados, donde solo 9 de ellos viven todo el año, ha abierto una biblioteca con 16.000 libros? ¡Que el pueblo tiene cuatro calles! Vamos, la biblioteca tiene que ocupar una entera, porque si no… No sé, igual no. Para descubrir todos los detalles, aquí tenéis más información

Bibliotecas animales

Sí, sí, existen. No solo las personas hacemos esfuerzos por llevar la cultura a todos los rincones del mundo. 

El biblioburro empezó en Colombia en 1997 gracias a Luis Humberto Soriano. Alfa y Beto son sus compañeros y cargan con 120 libros cada uno para que los niños puedan complementar sus estudios y aprender a amar la lectura.


Jambyn Dashdondog es un escritor mongol de literatura infantil que, con su camello, lleva 20 años recorriendo las aldeas más remotas y proporcionando lecturas a los nómadas. Ya salió en un artículo de Gabriella Literaria, que también menciona alguna biblioteca extraña para añadir a la colección.


En Laos, un elefante biblioteca intenta alfabetizar las zonas más rurales al mismo tiempo que trata de concienciar sobre el peligro de extinción que corre esta magnífica especie. 


En Indonesia, Ridwan Sururi y su caballo Luna (un caballo salvaje domesticado) visitan pueblos remotos cargados de libros donados que ahora han crecido en número gracias a las redes sociales.


400 libros y una estructura desmontable viajan en una caravana de dromedarios por Kenia desde 1985 gracias al Servicio Nacional de Bibliotecas de Kenia


Lo mismo ocurre en Venezuela con una mula, Estrella, que recorre semanalmente caminos de montaña como la biblioteca andante que es.

Pero los animales no son las únicas bibliotecas móviles que existen.


Bibliotecas móviles

La Piedra de Sísifo, un blog que descubrí hace poco y que se ha ganado mi aprecio, publicó un artículo sobre Antonio de la Cava, propietario del bibliomotocarro italiano. Tenéis más información en el enlace, pues no quiero destriparles las visitas. El artículo es cortito y agradable de leer


Y dos bibliotecas extrañas móviles más:

La bibliolancha de Quemchi, dirigida por Teolinda Higueras, en Chile.  


Y el Arma de Instrucción Masiva, el proyecto que más me ha llamado la atención: se trata de un tanque hecho de libros que los regala allá por donde va. 


Bibliotecas mires donde mires

No podemos dejar de hablar de las bibliotecas que existen desde hace tiempo en las cafeterías. Todos conocemos alguna, aunque no sea en nuestra ciudad. También existen las cafeterías librerías, que venden libros, pero no me refiero a esas. Me refiero a cafeterías con libros que te puedes llevar sin más (por supuesto, también puedes donar). 

En Valencia hay una que se llama Kafcafé (un nombre que me pareció la mar de ingenioso; aquí su web) cerca de donde viví durante mis primeros años universitarios. En ella hacen recitales de poesía, música, proyectan cortos y hay varias estanterías repletas de libros. Cuando le pregunté al camarero qué debía hacer para poder llevarme uno de esos libros a casa me contestó que cogerlo e irme. Me quedé a cuadros. Le pregunté que cuándo lo tenía que devolver y me contestó que no hacía falta que lo devolviera. Mi cabeza explotó.

Podrá explotársenos la cabeza, pero ni así abandonamos la cultura

 Pero no quiero despedirme sin antes haberos dado estos enlaces de regalo:

-Buscando información sobre bibliotecas extrañas para vosotros he encontrado un directorio para encontrar (valga la redundancia) todas aquellas bibliotecas cerca de ti. http://directoriobibliotecas.mcu.es/portada.html

Y un sitio web con muchos libros antiguos y descatalogados que puedes comprar online. https://www.iberlibro.com/

Siento mucho que las imágenes de hoy no sean libres de derechos, pero eran demasiado específicas para sustituirlas por otras parecidas. No me cuelgues, Google.

Y eso es todo por hoy, lectores míos. Si os ha gustado el artículo decídmelo y buscaré más bibliotecas extrañas para vuestro deleite. Si conocéis alguna o habéis tenido experiencias bibliotecarias demasiado extrañas para contárselas a vuestros padres, compartidlas en los comentarios, o compartid el artículo y ya está. Porque me queréis. 

Recordad consultar la bibliografía, sé que vosotros sois buena gente.

¡Nos leemos!

Bibliografía:

Historia de las bibliotecas:

Página oficial de la Biblioteca Nacional de España:

Algunas de las bibliotecas más raras del mundo:

Artículo del que se ha extraído la información sobre las bibliotecas animales:

Más información sobre la bibliotecaria más joven del mundo:
 

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